domingo, 25 de marzo de 2012

AMALIA

De todos los instantes a tu lado, solo uno ronda por mi mente cuando te recuerdo: Tú siendo siendo la cómplice de mis ganas de jugar a las escondidas. Aún me acuerdo cuando me tapaste entre tus sábanas blancas y le dijiste a mi madre con tanta naturalidad - No la he visto-. Formidable actuación que estaba a punto de convencer a mamá, hasta que mis risitas de niña me delataron, salté de la cama y siguió mi juego por toda la casa. Amo ese recuerdo y me aferro a él cuando mencionan tu nombre o cuando por mi mente pasas.
Hoy me pongo a pensar en que de repente fue ese recuerdo el motivo por el cual decidiste que tu cuarto debía ser el mío. Gracias Mami Amalia, tus paredes siguen siendo mías, y eso nos une, lo sabes.
Sigo aquí recordándote con tu sonrisa llena de felicidad, tu mirada segura, tu postura de reina, tu caminar airoso, tus palabras firmes, tu gusto exquisito para los vestidos, tu dedicación por siempre verte más bella de lo que ya eras, tu gran bagaje cultural, tus libros, tu gusto por las rosas, tu amor y ternura. Eras una dama con todas las letras. Ay si me vieras! No te llego ni al talón!
Debo confesar que no te lloré aquel día fatal. Papá pudo hacer un río con todas las lágrimas que derramó.
Siempre se escondía de mí para no verlo llorar, pero aún así, si sabía lo que le pasaba y no entendía porque a mí no me brotaba ninguna lágrima, fue ahí donde estaba segura que en años mas tarde, cada vez que te recordara, lloraría.Y así es. Pero no te recuerdo triste, sino riendo, con esa gran sonrisa que tenías, escondiéndome entre tus sábanas, siendo mi cómplice. No te tengo, no te olvido pero te extraño, abuela.


Esta cancíon, me hizo recordarla y escribirle este post.

2 comentarios :

Comentando se pierde la timidez...